Miguel Ángel Domínguez Arias: “Algo falla en las estructuras del automovilismo si Ponce y Capdevila continúan ganado Rallys”

Miguel Ángel Domínguez Arias ‘Mike’, ex piloto y empresario del sector de la automoción en la provincia de Las Palmas, que en la actualidad lleva una vida placentera y retirada de toda actividad que no sea tomar un palo de golf, otra de sus pasiones deportivas a la que también dedicó muchos años de juventud y en la que logró grandes éxitos como campeón de España infantil a los 14 años, campeón de España de dobles y miembro del equipo júnior en los campeonatos de Europa representando a España.

Informa. Juan González.

De talante afable, amigo de sus amigos, de humor y carisma contagiable, fiel a sus convicciones y leal a la amistad, fue uno de los grandes pilotos y gentleman del automovilismo canario en la época de los años 1960, 70 y principios de los 80, que es cuando pone fin a su trayectoria deportiva al volante de un coche de competición.

-¿Cuándo toma su primer contacto con los coches?

-El automóvil siempre ha estado presente en el ámbito familiar. Empresarialmente  los ‘Domínguez Guedes’ estábamos ligados al sector de la automoción como importadores del Grupo Rootes, que distribuía las marcas británicas Hillman, Humber y Sunbeam, para la provincia de Las Palmas y, posteriormente con la etapa de otras marcas como Talbot y Mitsubishi. Además, mis estudios se cursaron en Inglaterra donde desarrollé dos etapas, una como estudiante  en 1960 y 61 y otra en los años del 64 al 66, de preparación y aprendizaje en un concesionario inglés con contacto directo con el fabricante del que recibía cursos de ingeniera aplicada del automóvil.

-¿Y con la competición?

-Mi primer maestro al volante fue mi hermano Juan, un magnífico piloto, ganador de la Subida a Tafira cuando aún yo no estaba en posesión del carné de conducir. De él aprendí como se pilota un coche de carreras con todas sus exigencias al volante. Pero también tengo que mencionar a otro de mis tres maestros Tony Lanfranchi,  director de la escuela de pilotos del circuito de Brands Hatchs (Inglaterra) y el tercero fue el Sunbeam Tiger 260 V8 (220 CV), este coche era una escuela en sí mismo dadas las dificultades que ofrecía su conducción para poder conducirlo rápido. El que era capaz de ponerse al volante de un Tiger, dominaba cualquier otra montura de competición de aquellos años.

-¿Cuando se pone el casco por primera vez?

-Con 18 años debuté en competición con un Hillman IMP en las cinco vueltas de Agüimes (1964). Una prueba similar a la Targa Fiorio (Italia), con una parte de velocidad y otra de regularidad. Después estuve presente en un Rally Internacional de Gran Canaria, también con el Hillman IMP.

-¿De dónde partió el seudónimo de Mike?

-‘Mike’ fue la denominación que tomé para poder inscribirme en los rallys sin que tuvieran conocimiento cuando cumplía con el servicio militar.

-Después del parón automovilístico en la provincia de Las Palmas de principios de los 70, debido a la prohibición de celebración de  pruebas automovilísticas. Usted comienza una segunda etapa deportiva.

-Efectivamente, fue en 1974 cuando Del Pino, presidente de la Escudería Victoria, me ofrece un Simca Rally, indumentaria de competición y casco y me anima a regresar a las carreras, sólo faltaba encontrar un copiloto. Contacté con Jorge Blanco, que había sido copiloto de Boro del Castillo y, nada más proponérselo me contesta que cuando comenzábamos a entrenar. Así fue mí inicio nuevamente en la competición que culminó a principios de los años 80.

-Uno de los coches que más huella ha dejado entre los aficionados isleños fue el Mitsubishi Lancer GSR, un espectacular coche de procedencia del equipo oficial de la marca japonesa y que acabó en Canarias. ¿Cómo adquirió ese vehículo?

-Estando en una convención de Mitsubishi en Japón, acompañado de Francisco Hernández ‘Pichote’ (q.e.p.d.), nos enteramos que en la isla de Chipre había quedado bloqueadas  tres unidades oficiales del Mitsubishi Lancer GSR, al pillarles por sorpresa el conflicto bélico surgido entre Grecia y Turquía. Negociamos en el país nipón la adquisición de los tres vehículos y fuimos a buscarlas. Una me la quedé yo y las otras dos fueron para Juan Miguel Sarmiento y el propio Francisco Hernández.

-Curiosamente los tres coches utilizaban matricula de Tenerife. ¿Cuál fue el motivo?

-Francisco Hernández, que residía en la isla de Tenerife, tramitó toda la documentación para la importación y matriculación por la vía rápida. Como anécdota, los coches no habían desembarcado y ya incorporaban las placas de matrícula de Tenerife.

-Estos coches contaban con el hándicap de volante a la derecha. ¿Fue difícil su adaptación?.

-Para mí no, yo ya había conducido coches de este tipo en mis años de residencia en Inglaterra. Sin embargo, para Jorge Blanco, mi copiloto, siempre estaba con la broma de tira para el otro lado que me vas sacar de la carretera.

-¿Qué destacaría del comportamiento del Lancer GSR?

-Era un coche espectacular, muy manejable y divertido de conducir sobre tierra, pero en contra tenía su limitación de potencia a sólo 145 CV. Con el ganamos el I Rally Ciudad de Telde, el IV Rally Islas Canarias en Tenerife, la Challenge Drago y acabamos segundos en el Rally Gran Canaria y Rally de Tenerife. Con los puntos obtenidos en estas pruebas nos proclamábamos campeones de Canarias del año 1976, pero debido a la ruptura de relaciones entre las Federaciones de Las Palmas y Tenerife, me quedé sin título.

-¿Pero este coche también le proporcionó algún susto susto?

-Cierto. En el complicado tramo de Atogo (Tenerife), sufrimos un aparatoso vuelco con cinco giros que terminó en la azotea de una vivienda. Afortunadamente no nos pasó nada.

-¿Cuál fue el destino del coche?

-El Lancer con los años dejó de ser competitivo. Se lo vendí a Miguel Ángel Guerra, presidente de la Escudería MaxoSport-Fuerteventura, y éste tuvo un aparatoso accidente en la Era del Cardón, donde quedó siniestro total.

-Otro coche que marcó su etapa deportiva fue el Talbot Sunbeam Lotus preparado oficialmente en Inglaterra por Mike Little, con el que tuvo un estreno accidentado.

-Nuevamente Tenerife fue el escenario de otro de mis accidentes. En la Subida a Tamaimo, estrenando el coche, sufrí un vuelco que tuvo su causa en la alta presión de los neumáticos, ya que a primera hora de la mañana la temperatura era de unos pocos grados y luego hizo un un sol intenso.

-¿Con el Lotus culminó su trayectoria deportiva?.

-Efectivamente. A principio de los 80 las carreras se habían vuelto más serías y exigía mucho más entrenamiento para poder luchar por las primeras plazas. Enfrentarse a Medardo Pérez, Orlando Alonso, Carlos A. Lamberti, Manuel Acosta, Ponce o Capdevila, no era fácil, yo ya no estaba dispuesto a dedicar mí espacio de ocio a duros y largos entrenamientos, por lo que decidí colgar los guantes. Pero antes había logrado varios triunfos con este coche. Jesús Jiménez ‘Chuchín’ fue mi copiloto en aquellos años. El Lotus en la actualidad se encuentra en poder de Manuel Padrón.

-Siendo usted director comercial de la empresa Consuny-Larios, ayudó a muchos pilotos con el patrocinio.

-En aquellos años forme el equipo Larios formado por los pilotos Francisco Hernández, Diego Cambreleng y Melchor Dávila.

-El Comité Organizador del Rally El Corte Inglés contó con su colaboración en varias ocasiones.

-Debido a mis conocimientos de idiomas me solicitaron que ejerciera de relaciones con los pilotos extranjeros, además de atender y desplazar por los tramos cronometrados a los inspectores FIA, aceptando de buen agrado.

-¿Con que se queda del automovilismo?

-He sido un privilegiado de este deporte. Mi mayor recompensa ha sido la amistad y los grandes amigos que tengo gracias al automovilismo. En aquella época compartíamos las carreras y nos ayudábamos mucho. A Orlando Alonso le gané un Rally Isla de Lanzarote, después de que me cediera unas bujías cuando ambos luchábamos por la victoria.

-La Escudería Drago recientemente le ha tributado un homenaje.

-Fue un emotivo encuentro en el que me sorprendieron con la presencia de mis hijos, ya que uno reside en Tenerife y otro en el sur de la isla. Fue ilusionante volver a encontrarme con los viejos rockeros de este deporte con los que compartí anécdotas y una charla muy amena. Me he sentido honrado que me eligieran a mí como tercer homenajeado tras Hilario Gómez y Diego Suárez, dos grandes figuras del automovilismo.

-¿Cuál es su análisis del automovilismo actual?

-Algo está fallando o no funciona en las estructuras deportivas. No puedo entender cómo es posible que pilotos veteranos del nivel de José María Ponce o Fernando Capdevila, dos grandes y excelentes pilotos y de una larga trayectoria cargada de éxitos, que rondan actualmente los 60 años, todavía sigan ganando Rallys. Quiero dejar claro que con todo merecimiento, pero hay cosas que no me cuadran. Como es posible que Capdevila haya ganado el Campeonato de Canarias del pasado año. Yo cuando tenía 25 años no me dejaba ganar por uno de 60 años. Me llama la atención estos datos. Tuvimos a Luis Monzón, ahora Yeray Lemes y otros que han destacado, pero no encuentro respuesta. Puede ser cuestión de dinero o del apoyo de las marcas. La diferencia del automovilismo de antes y el de ahora es que en la actualidad se ha profesionalizado e individualizado en las últimas décadas.

-La práctica del golf ha sido otra de sus pasiones.

-Con cinco o seis años ya jugaba al golf. Mi padre fue quien creó el campo de Bandama. Con 14 años logré el campeonato de España de la categoría infantil.

-Desea expresar algún agradecimiento

-Sin lugar a dudas. Quiero expresar mi enorme agradecimiento a todos los aficionados por el apoyo que siempre me han profesado y las muestras de cariño recibidas y, en especial a mis dos copilotos Chuchín y Blanco. También a mi equipo técnico liderado por maestro Paco Luna.