Redacción
Raúl Capdevila y Mario Quintero acudían a la que fue la segunda en el trazado del circuito tinerfeño, y nuevamente tuvo una actuación brillante, trabajado a la perfección para cerrar el año en Tenerife sin el más mínimo error de pilotaje, más allá que la dificultad para recordar cómo se lleva un coche de carreras sin poder practicar antes de los eventos, en virtud de una falta total de coherencia por parte de organizadores y federativos.
Raúl y Mario, a los mandos del precioso Volkswagen Polo,, hicieron la primera manga en cada sentido con prudencia, para asegurar un tiempo mínimo en la suma final, y atacando más en la segunda pasada, para bajar tres segundos en sentido norte y dos en sentido sur y clasificarse en cuarta posición de la clase 5, de entre los que aspiraban a los primeros puestos del insular.
“Soy un aprendiz y busco mis límites”
Raúl estaba satisfecho de su trabajo: “Llegamos a Arico con la esperanza de hacerlo cada vez mejor y ver nuestra mejoría. La verdad es que las primeras pasadas no terminé contento porque la orden era asegurar el resultado, pero en las dos siguientes el “jefe” me dio vía libre e incluso me animó a buscar mis límites, y aunque todavía soy un aprendiz y queda mucho por mejorar, me divertí como un enano acercándome a los taludes como nunca. La sensación fue fantástica. No está mal eso de ser rookie del año, pero yo aspiro a más. Me temo que esto me está gustando…..”
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